Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila
Es un Parque Natural situado en la costa de Murcia muy cerca de la zona turística de la Manga del Mar Menor.
Se trata de un lugar muy bello, pleno de naturaleza milagrosamente salvada de la vorágine constructora de la costa mediterránea.
Tiene playas inmensas de arenas doradas, calas flanqueadas de formaciones rocosas de formas caprichosas con combinaciones de colores impresionantes, acantilados, aguas cristalinas, dunas fósiles, salinas, flora y fauna únicas, y sobre todo, un silencio que hacen de este lugar un oasis comparable al Cabo de Gata.
Para llegar a este bello rincón que se sitúa en la vertiente oriental de la Sierra Minera de la Unión-Cartagena, se accede por la autovía de Cartagena-La Manga; hay una salida señalizada al pasar el pueblo de Los Belones a la derecha. Dentro del parque hay aparcamientos señalizados y pasarelas de madera para acceder a las playas, durante el verano puede haber controles y restricción de accesos.
En Murcia capital encontraremos multitud de establecimientos para dar rienda suelta a nuestras fantasías gastronómicas, pero aquí voy a recomendar el restaurante Hispano, cerca de la Catedral, donde se puede comer a la carta o deleitándose con un surtido de tapas variadas y de una calidad inmejorable como pueden ser: Ostras francesas, Brocheta de salmón marinado y bliny, Bombón de foie de oca y pan de pasas, Mini hamburguesa de atún rojo, Brocheta de cabrito lechal segureño y un largo etc. Vale la pena.
Un excelente vino de la Denominación de Origen Rueda que he descubierto recientemente.
Es un vino fresco y alegre con destellos cítricos en boca, aroma de frutas maduras y color amarillo de trigales apunto de siega, que hay que servir frio, unos 7º, se puede tomar a cualquier hora, como copa o maridando casi con cualquier pescado o marisco, es excelente con arroces y frutas dulces.
Entre el
tumulto de risas, gritos, susurros y envueltos en la melodía de un viejo vals,
dos seres “desconocidos” empiezan un diálogo. Aunque bailaban a los sones del
vals, sus mentes estaban conectadas entre sí, sus pensamientos eran del uno
para el otro, estancos al exterior; sólo existían ellos y su “dialogo”…
-Eres una
criatura increíble, ¿Cómo te has acercado a mí?
-No sé,
la verdad es que hace tiempo que sigo tu vida, ¡Y tú sin darte cuenta!
-¡?!
-Sí, me
acuerdo de cuando tu ibas a tercero, yo en aquella época era una loca, no sabía
lo que quería, y a ti te veía tan serio; ¡me dabas miedo!
-¿Miedo?
Me habían dicho feo muchas veces, pero nunca que daba miedo.
-Te veía
muy grande, me sentía sumamente pequeña ante ti. Todavía me acuerdo del lío de
las bebidas en la fiesta de carnaval del 81 en el insti.
-Ya
recuerdo, tú eras del grupito que después de las fiestas hacia desaparecer las
bebidas; ¡Me llevabais loco! Y tú sobre todo, no levantabas ni un palmo del
suelo y te veía como un cascabel pequeñito, siempre jugando y haciendo ruido.
El vals
se había terminado y se pasó a la música salsa. No importaba, ellos seguían en
su mundo, y sus mentes, lejos de toda la gente que los rodeaba. De pronto ella
le dio un beso y le pregunto algo al oído, la música desapareció de sus oídos
nuevamente.
-No creí
que fueras tan simpático, hasta hace poco te tenía demasiado respeto, me
acuerdo, hace más o menos un mes, que estabas jugando con una chica a los
dardos, en aquel momento, entre yo, y fui a saludar a tu hermano que estaba
sentado cerca de donde estabas jugando, por si no lo sabías conozco a tu
hermano, al lado había un vaso de vodka con naranja y empecé a beber de él. Tu
hermano, con la mayor indiferencia me dijo que el vaso no era suyo, y claro, le
pregunté de quién era dicho “néctar”. Al contestarme que era tuyo me tembló el
pulso y falto poco para que se cayera al suelo.
-¡Vaya a
lo mejor el “ogro malo” te iba a comer! Hablando de otra cosa, ¿sabes que estoy
en la "mili"?
-Si lo
sé, lo que no se es el tiempo que llevas.
-Lo que
llevo importa poco, lo más importante es lo que me queda, jajaja. Y me quedan
todavía ¡8 meses!
-De todas
maneras 8 meses son fáciles de soportar, sobre todo para mí.
-¿Qué has
dicho “cascabel”?
-Nada,
nada.
-Mañana
tengo que regresar al cuartel.
-Si, no
nos queda demasiado tiempo para estar juntos, al menos me podías pedir para
salir aunque sólo fueran unas horas.
-Has
bebido mucho durante la fiesta ¿No?
-No, sólo
un poquito.
-Vamos a
buscar a la gente, sobre todo a mi hermano pequeño.
-Vale.
-No hay
nadie, la verdad es que es demasiado tarde, se habrán ido sin decir nada los
muy alcahuetes. Bien vamos a dormir, la cama nos espera; a cada uno la suya,
por desgracia.
-Llámame
mañana.
-¿A la
una te parece bien?
-No,
mejor a las doce.
Al día
siguiente, nuestro personaje se encontraba durmiendo la “borrachera” del día
anterior, y no se acordaba ni por casualidad que tenía que llamar a su pequeño
“cascabel”.
A eso de
las doce y cuarto, su madre entró en la habitación…
-Oye,
despierta gandul, que ya son las doce y cuarto y está aquí tu abuela para
verte.
-¡Las
doce y cuarto! Mama, sal un momento que tengo que llamar por teléfono, ahora
voy a ver a la yaya.
Después
de llamar por teléfono a su acompañante de la noche anterior, se vistió
precipitadamente, cogió la cartera y las llaves del coche, dio un beso a la
yaya y se despidió.
A la una
y cuarto del mediodía, se encontraron de nuevo, él estaba acompañado de unos
amigos y a ella le dio un poco de corte acercarse a él, nuestro personaje se levantó a saludarla.
-Hola
¿Cómo estás?
-Más o
menos bien, estaba tomándome un vermut con los amigos.
-Perdona
por el retraso.
-Estas
perdonada, ¿vamos a buscar el coche?
-Bueno,
pero no me queda mucho tiempo, a las dos y cuarto tengo que estar en casa.
-Yo
también, tenemos invitados en casa.
A los
diez minutos estaban en el pueblo vecino…
-Este
monasterio es románico, data del siglo IX.
-Sí, ¿te
has fijado en el gran rosetón central?
-La
semana que viene tenemos que hacer un trabajo sobre este monasterio.
-¡Quién
pudiera! Ahora con el “rollo” de la "mili" estoy atado de pies y manos.
-Oye, ya
son las dos y cinco, más vale que vayamos a coger el coche.
-Vamos,
pero antes me tienes que dar una foto tuya, los días se hacen eternos entre
cuatro paredes y al menos podré contemplar algo bello para variar.
-De
acuerdo, pero a cambio tú me escribirás primero.
Es ya
tarde y los dos protagonistas marchan hacía sus casas a la búsqueda de los
manjares preparados por sus madres.
Por el
camino, él le pide a la chica que le acompañe por la tarde al autobús que lo
llevará de vuelta a sus “obligaciones” militares, y esta acepta.
Después
de un largo viaje…
-¡Diana,
Diana, buenos días!
Suenan
los graznidos del cabo control, y nuestro “Popeye” soñador se despierta.
Efectivamente,
hace más de dos meses, que no va por casa y claro, su subconsciente tiene que
inventar bellas historias que le hagan recordar su lejano hogar.
A la una
del mediodía, cuando se reparte el correo en el cuartel, nuestro “Popeye”
protagonista ni tan solo se molesta en ir a ver, lleva muchos meses sin recibir
una sola carta y por supuesto hoy no va a ser un día especial. Pero ¡oh!
Sorpresa, cuando se disponía a estirarse en la litera para intentar dormir un
poco, un compañero le alargó una carta; miró rápidamente el remite y vio que
sólo ponía…”Cascabel”…