lunes, 19 de septiembre de 2016

Condado de Niebla

NIEBLA

En las ya numerosas entradas sobre lugares dignos de ser visitados parece que ha quedado claro que la única intención de este blog es hacer un apunte breve sobre estos sitios que desde mi criterio, deben ser visitados, aunque a veces cuesta mucho no extenderse más ya que encierran rincones maravillosos, historia riquísima o paisajes inolvidables. Es el caso de Niebla, un municipio de la provincia de Huelva que aunque conocido, no es suficientemente valorado.


Niebla es un antiquísimo municipio que fue capital del condado del mismo nombre, y capital de diferentes reinos de Taifas. Acumula un rico legado histórico y arquitectónico.
Amurallada y habitada desde más allá de la época de tartessos, una de sus señas de identidad es precisamente su recinto amurallado, que encierra el núcleo urbano en su totalidad y que refleja en sus muros todas las civilizaciones y pueblos (tartesios, romanos, visigodos, musulmanes y cristianos) que en ella han dejado su huella.


El rio tinto pasa a los pies de sus murallas. El municipio está enclavado en un llano, a diferencia de otras ciudades amuralladas, niebla no es divisada hasta estar a poca distancia de ella y lo primero que vemos no son sus bellas murallas si no la mole de una cementera que afea la visión del hermoso pueblo.


Esta fea estampa queda olvidada nada más atravesar el puente romano, muy restaurado, que atraviesa el rio tinto, apareciendo ante nosotros un impresionante recinto amurallado que parece fuera de lugar.






A parte de las puertas de entrada y las murallas, ya de por sí bellas y cargadas de historia, dentro del recinto nos encontramos el castillo de los Guzmanes que sirve durante los meses de verano de inmejorable escenario del festival de teatro y danza; Lo que queda de la iglesia “partida” de San Martín es un ejemplo de la barbarie urbanística, ya que el centro de la misma desapareció de la historia por querer hacer una calle por donde pasaran los coches, afortunadamente ahora no pasan vehículos, pero ha quedado un espacio vacío entre el altar y el pórtico que nos llena de perplejidad.






Hay más edificios de interés, pero he dejado para el final el que más me impresionó por su belleza y singularidad, es la iglesia de “Nuestra Señora de la Granada” de estilo Gótico-Mudéjar, una antigua mezquita que conserva, milagrosamente, gran parte de los elementos arquitectónicos de sus diferentes épocas: El alminar, los arcos, el patio de las abluciones. Es un conjunto bellísimo que transmite paz y tranquilidad. Volveremos…






Como llegar desde Sevilla:
Nos situamos en la A-49 y salimos por la salida 60, cogemos a la derecha la A-5001 hasta llegar al cruce con la HU-4105, seguimos por la izquierda sobrepasando la horrenda cementera hasta llegar a una rotonda donde ya veremos el puente romano a la izquierda que tendremos que atravesar ya en la A-472. Al cruzar el puente sobre el rio Tinto ya nos topamos con las impresionantes murallas…







                                                                                                       JuanMa Gómez Bolívar

miércoles, 20 de julio de 2016

Combinado(ANNA)

ANNA





Estamos en plena canícula, soportando temperaturas y sensación de bochorno inaguantables, para superarlo nada mejor que remojarnos por dentro y por fuera.



Para humedecer nuestro cuerpo basta con que nos tiremos a la piscina, al mar o nos pongamos debajo de una buena ducha de agua fría.



Si lo que queremos es refrescarnos por dentro y que nuestros sentidos perciban esta sensación de frescor interior nada como un buen cóctel, en este caso será un combinado nada complicado, pero que nos aportará frescor y en la dosis correcta una buena chispa de felicidad.


Se lo quiero dedicar a Anna, mi mujer, compañera querida y la primera crítica de mis brebajes refrescantes…

Ingredientes por persona:

Una parte de vodka
Dos partes de zumo de naranja
Tres partes de tónica
Azúcar moreno
Hielo
Dos rodajas finas de manzana “Fuji”.

Preparación:

Se humedece con una rodaja de naranja el borde de una copa tipo “Globo” grande, previamente en un plato plano habremos cubierto el fondo con azúcar moreno, damos la vuelta a la copa sobre el azúcar y “adornamos “el borde.


Una vez preparada la copa, vertemos el vodka, el zumo de naranja, ponemos el hielo, deslizamos la tónica por una cuchara para cóctel y por último colocamos las dos rodajas de manaza sobre la superficie, introducimos una pajita y listo para tomar.
Servir muy, muy frío



                                                                                           JuanMa Gómez Bolívar




viernes, 17 de junio de 2016

Serendipia

Serendipia
(cuento completo)
I

Miraba a través del cristal, sus grandes ojos escrutaban más allá del frío elemento, buscaba algo que la hiciera salir de la rutina cotidiana del día a día, tenía la imperiosa necesidad de hacer algo con su aburrida existencia.

De repente y saliendo de la nada a gran velocidad apareció un ser alado que revoloteaba sin rumbo fijo, dando tumbos; arriba, abajo, de lado, parecía un yoyó “borracho”, era entretenido, aunque a veces en su anárquico vuelo, el animalejo alado que la divertía, chocaba bruscamente contra el cristal que la protegía  y la encerraba al mismo tiempo.
Cada vez que esto pasaba, Peixet, que así se llamaba nuestra amiga, se estremecía y pasaba un miedo terrible, pues era muy asustadiza. A los pocos segundos se olvidaba del “susto” pasado y volvía a mirar con sus grandes ojos las piruetas del loco alado que tanto la divertía.
Pasaban los minutos y el “tonto con alas” seguía desperdiciando su existencia en erráticos vuelos y choques continuos contra todo lo que él creía que era una escapatoria a su “laberinto” sin salida.


Como una flecha, el “payaso alado” se dirigía otra vez hacia el lugar donde estaba su única espectadora, Peixet sintió otra vez miedo, pues como siempre, se olvidaba que había un cristal que la protegía. Esta vez fue distinto, el “bufón volador” chocó contra el cristal, como siempre, aunque en vez de rebotar y caer al suelo hizo una extraña pirueta en el aire y pasó al otro lado del frío muro, al caer no se golpeó contra el duro suelo sino que cayó en algo blandito y húmedo. Quiso salir pero las alas no lograban sacarse el líquido que las empapaba y empezó a moverse frenéticamente en la superficie.


Mientras tanto Peixet se reponía del “susto”, volvió rápidamente a mirar a través del cristal pero el “tonto con alas” había desaparecido, miró en todas direcciones, abarcando todo el espacio que sus grandes ojos le permitían.
De pronto observó que algo se movía en la superficie, en la única parte de su particular “alojamiento” que no tenía  cristal, por donde una vez al día caía milagrosamente el alimento seco, insípido y repetitivo que un ser gigantesco depositaba con sumo cuidado.
Se puso contenta, pensó que al menos por un día su dieta aburrida cambiaria, abrió su boca grandota y se dirigió hacia el manjar que le había caído del cielo, no era muy agradable a la vista, pero era diferente, parecía jugoso y lo más importante, fresco muy fresco…

                                                                                  ll                               
                                                                                                                     

…El Imbécil volador luchaba por no morir devorado, no veía nada, la boca grandota que lo engulló no le dejaba ver la luz, unos dientes afilados como sierras intentaban rasgar su cuerpo, estaba desesperado, pero todavía luchaba sin cesar moviéndose frenéticamente dentro de aquellas fauces.

De repente, Peixet, abrió la terrible bocaza y escupió su contenido. Salió nadando a toda velocidad, huyendo de algo.
Nuestro imbécil volador no sabía que pasaba, estaba confuso, aturdido y completamente mojado, se dejaba llevar y poco a poco salió flotando a la superficie, ya no tenía fuerzas y sólo le quedaba esperar la muerte por ahogamiento o que el monstruo acuático lo devorara.
Aún tenía los ojos abiertos y vio que su “amiga” estaba nadando en círculos debajo de él, perseguida por un artilugio que empuñaba el “ser gigantesco” que gobernaba en aquella casa.
El imbécil miraba la escena y como un destello le vinieron imágenes de unos minutos antes, cuando revoloteaba haciendo el payaso fuera de aquella cárcel de cristal, intentando hacerle la vida un poco más agradable al pescadito de ojos saltones que lo miraba embobado todos los días.
Justo antes de caer desfallecido se dio cuenta que Peixet, era el mismo monstruo que quiso comérselo, se sintió Decepcionado y cerró los ojos.
Mientras tanto el “ser gigantesco” cogió a nuestra “amiga” y la depositó en otro recipiente de cristal lleno de agua, tocaba limpieza de la pecera…


El imbécil alado seguía flotando y ya no sentía nada, estaba esperando que su llama se apagase definitivamente, sentía que estaba volando, transportado por unas alas invisibles al “reino de los moscardones pesados”,  su paraíso en el más allá…Mientras llegaba su hora se sentía Imbécil y Decepcionado…

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El ser gigantesco cogió la pecera con sus grandes manos, la transportaba hacia un agujero negro alojado en un trono blanco inmaculado, cuando se disponía a vaciar el contenido del recipiente de cristal en el hueco sin final, se le escapó de las manos.


 El agua sucia que contenía la pecera cayó como una cascada infinita sobre el suelo, nuestro pequeño imbécil vio como se precipitaba, sin poder mover las alas, hacia una muerte segura, cayó de golpe contra el frío y húmedo suelo, rebotó hacía un rincón de aquella sala, cerró los ojos y espero que Morfeo viniera a buscarlo, ya sin fuerzas ni para pensar.
Nunca supo el tiempo que pasó allí tirado, era un moscardón y los moscardones no llevan reloj, pero tenía una sensación extraña, estaba seco y pensaba sin dificultad, no estaba cansado ni abatido, sus alas estaban brillantes y las intento mover, ¡se movían con fuerza y sin dificultad!
Alzó el vuelo, en su pequeño cerebro de ser alado diminuto, sólo tenía una imagen en la cabeza, unos ojos saltones que lo miraban. Como tantas otras veces cogió el rumbo hacia el lugar donde vivía su antigua amiga.


Encontró la estancia donde estaba la pecera de cristal, pero la pecera no estaba, no recordaba que se rompió en mil pedazos y que eso fue su salvación.
De repente vio otro recipiente de cristal, era diferente, no era redondo, era rectangular y en él no estaba su “amiga caníbal”, había muchos seres acuáticos con los ojos saltones, aquello era un festival, no sabía hacía donde dirigir su mirada, ¡había tantos seres a los que entretener con sus piruetas y payasadas! nuestro imbécil estaba feliz como una lombriz.
Empezó su actuación, voló con fuerza lo más alto que pudo y se dejó caer, antes de tocar el suelo remontó y como en sus mejores tiempos hizo unos cuantos tirabuzones e impactó contra el cristal de la pecera, quedó planchado como una pegatina.


Bajaba por la pared de cristal pensando que antes rebotaba y seguía haciendo el payaso para aquella antigua amiga de los ojos saltones que ya no estaba allí.
Cuando se recuperó del fuerte golpe alzó el vuelo y pensó que aunque ahora tenía mucho más público para que le admirase, él ya no se sentía con ánimos para seguir haciendo el payaso en aquella casa, enfiló hacia una de las ventanas que estaba abierta y salió volando, no sabía donde pero lejos de allí.
De vez en cuando pensaba en el pescadito de ojos saltones, ¿dónde estaría su antigua amiga? o mejor ¿dónde estaría su sonrisa caníbal?...





                                                                                                        JuanMa Gómez Bolívar

jueves, 31 de marzo de 2016

Meteoritos...

Esto no es un cuento, es una visión real que tuve en el camino de regreso a casa el dia 23 de Marzo de 2016.

Regresabamos a casa después de unas merecidas vacaciones,cortas, y aparcando en el Parador Nacional de Alcañiz(Teruel) que se encuentra dentro del antiguo castillo de los Calatravos(orden de Calatrava) para tomar alguna cosa, vi a lo lejos tres pequeñas "nubes" que tenían un movimiento constante hacia el sur, podían haber pasado por tres aviones con su característico rastro de propulsión a "chorro", pero tres, y en la misma dirección me pareció extraño...



Eran algo más de las 19 Horas, me pareció curiosa la forma de dichas nubes y el movimiento constante que llevaban. Como estaban muy lejos y ya casi anochecía cogí la cámara de fotos y metí el Zoom digital al máximo posible...Y lo que parecían simples nubes se convirtieron en tres objetos incadescentes que me hicieron pensar inmediatamente en algún tipo de meteorito, un meteorito dividido en tres partes, algo casi de película del fin del mundo...



Como no ha trascendido en la prensa, ni en ningún medio de comunicación aquí os dejo mi experiencia y mi aportación gráfica al asunto...




            
                                                                                             JuanMa Gómez Bolívar