jueves, 20 de abril de 2017

Roma en 48H

48 HORAS EN ROMA



Roma nos atrapa desde el minuto cero, nos cautiva en el mismo momento que pisamos sus adoquines centenarios que serpentean como ríos pétreos por las calles romanas.
La “eterna” se puede visitar de mil maneras, con mucho y con poco dinero, pero sobre todo sin prisa, saboreando sus rincones.
Este recorrido por Roma se ajusta a una estancia de 48 horas, donde pretendemos ver cosas interesantes de esta ciudad pero sin agobiarnos, pateando las callejuelas y las avenidas, disfrutando de sus restaurantes y de sus maravillosas “Piazzas”.
Disfrutar de la estancia sin prisas, lo que se pueda ver se verá y si no ya volveremos…



-Día 1-
Este día todavía estamos descansados y podemos realizar un recorrido más extenso…por la mañana podemos empezar visitando la Piazza del popolo; en esta gran plaza encontramos la Porta del popolo, que fue en su origen una entrada hecha en la muralla del  siglo III D.c. y posteriormente se ha ido transformando en lo que hoy podemos disfrutar, especialmente la cara interior realizada en el siglo XVII por Bernini.  La iglesia de santa María del popolo es digna de ser visitada es de estilo renacentista y barroco. La villa Borghese esta al lado pero es tan extensa que necesita medio día para ella sola (Gallería Borghese, Gallería Naz.d’Arte, Museo Naz. Di villa Giulia).
Seguimos por Vía di Repetta hacia el sur para encontrarnos con el Ara Pacis Augustae (Altar con bajorrelieves de mármol magníficos) y justo en frente el Mausoleo di Augusto, curioso por su forma circular.
Seguimos por Lungotevere in Augusta, vía paralela al río Tíber (Tevere) para cruzarlo más abajo por el Ponte Sant’ Ángelo, para ver de frente el maravilloso Castel Sant’ Ángelo.


Dejamos la fortaleza y seguimos por Vía Della Conciliazione para ver al fondo la magnifica columnata en forma de herradura que encierra a la Piazza San Pietro y nos da paso a la escalinata que nos lleva a la Basílica di San Pietro y la capella Sistina. Los museos vaticanos los dejaremos para otra visita.




Volveremos sobre nuestros pasos para ir a buscar la Piazza Navona, cruzaremos el río por Sant’ Ángelo y enfilaremos la Vía di Panico (justo enfrente del puente a la izquierda) en unos metros encontramos la Piazza dei Coronari, cogemos la Vía dei Coronari hasta llegar a Piazza di Tor Sanguigna para encontrarnos a la derecha con la entrada norte de la Piazza Navona. Esta plaza merece un paseo sosegado para contemplar las tres magnificas fuentes que alberga (Fontana del Nettuno, dei Fiumi y del Moro), tomar un vermut en una de sus terrazas y perderse hacia el sur (Campi dei Fiori) buscando un restaurante (Cul de Sac en Piazza di Pasquino, fue nuestro elegido, pequeño pero fantástico).


Después de reponer fuerzas salimos hacia el Panteón, un imponente templo erigido por Agripa en el siglo I A.C. y terminado por Adriano en el s.II de nuestra era, es una obra que nos deja impresionados por su gigantesca cúpula abierta en el centro y por donde se cuela el agua de lluvia que al llegar al suelo del templo desaparece por medio de un ingenioso sistema de desagüe. En las capillas laterales están enterrados los reyes de Italia y el gran Rafael.



Podemos seguir visitando los alrededores del Panteón, la Piazza della rotonda, La Piazza della Minerva, son callejuelas que invitan a pasear, llenas de iglesias y palacios impresionantes.
Ahora nos dirigimos hacia la magnífica Fontana di Trevi, obra barroca de una belleza que deja sin aliento, el agua que brota, el realismo de las esculturas y el blanco del mármol nos sumergen en una atmósfera casi mágica…si pudiéramos estar solos ,claro, cosa poco probable ya que es de los monumentos más visitados y fotografiados.


Para acabar este primer día por Roma, enfilamos la Vía del Corso hasta llegar al cruce con Vía Condotti, es la calle del lujo en Roma, a la derecha seguiremos hasta Piazza di Spagna no sin antes dar un vistazo al Antico Caffé Greco ya que con un poco de suerte podremos ver algún personaje conocido.
En Piazza di Spagna contemplaremos la famosa Scalinata di Trinita dei Monti(la iglesia que esta arriba) y a sus pies La Fontana Della Barcaccia obra del padre de  Bernini.
Por hoy ya esta bien, ahora a buscar un buen sitio donde cenar…



-Día 2-
Después de un sueño reparador y de un buen desayuno, nos disponemos a afrontar nuestro segundo y ultimo día de estancia en esta magnífica ciudad. Empezamos nuestro recorrido en las terme di Diocleziano, las más grandes de la antigua Roma y que actualmente acogen varios edificios.
Salimos de las termas y nos dirigimos a la vía 20 de settembre donde se encuentra una de las joyas que no queremos perdernos en este corto viaje, El conjunto escultórico del éxtasis de Santa Teresa, obra cumbre de Bernini, esta emplazado dentro de la iglesia de santa María Della Vittoria.


Después de asimilar tanta belleza salimos otra vez a la vía 20 de Settembre y nos dirigimos  hacia los foros, es un recorrido largo pero muy entretenido porque  pasaremos por diferentes edificios y esculturas que no podemos perdernos: pasamos al lado del ministerio de defensa y de la embajada de la India, el cruce delle Quattro fontane que como su nombre indica tiene cuatro impresionantes fuentes adosadas a las esquinas de los edificios que forman el cruce. La misma calle por la que venimos se transforma a partir de aquí en la vía del Quirinale ya que en ella se encuentra el palazzo del Quirinale y sus magníficos jardines. Es la sede del gobierno de Italia y con un poco de suerte podremos ver el cambio de guardia en la Piazza del Quirinale.
Seguimos hacia abajo por Vía 24 Maggio hasta desembocar en una rotonda donde acaba o empieza la Vía Nazionale. Seguimos hacia la derecha para encontrarnos en pocos metros, cruzando la calle, IL Mercato di Traiano y el Museo dei Fori Imperiali, nosotros no los visitamos ya que merecen un tiempo del que no disponemos.
Seguimos por Vía Magnanapoli y nos dejamos llevar por la visión de la enorme colonna Taiana (la columna Trajana), una maravillosa sucesión de relieves en mármol que en espiral ascendente, nos cuenta la conquista de la Dacia por este emperador Hispano como si fuera un cómic en piedra.



Seguimos a la izquierda por la Vía dei Fori Imperiali hacia el Colosseo (Coliseo) no sin antes admirarnos de la magnitud y grandiosidad del Altare della Patria y la escultura ecuestre de Vittorio Emanuele II.
El Coliseo es el anfiteatro más importante de época romana, se inauguró en el año 80 de nuestra era y se encuentra en un razonable estado de conservación. Es una obra gigantesca y una vez dentro no podemos dejar de pensar en los gritos de  las 50.000 almas que podía albergar y en los espectáculos, algunos sanguinarios, que se ofrecían en la arena de este coloso.




Salimos y nos perdemos el foro romano, los diferentes arcos de triunfo que alberga, los templos y demás edificios, no tenemos tiempo. Aunque desde fuera se pueden ver bastante bien.
Salimos en dirección  a la colina del capitolio, cuna de Roma, Vemos desde la calle la escultura de la Lupa Capitolina (la loba que amamanto a Rómulo y Remo) y los edificios que bordean la Piazza del Campidoglio.
Ya tenemos hambre y estamos cansados así que nos dirigimos hacia el Ghetto (antiguo barrio judío) para buscar un buen restaurante de cocina típica romana…


Bajamos por los escalones que parten de Campidoglio hasta la Vía del Teatro di Marcello, vamos hacia la izquierda y en pocos metros cogemos la Vía Montanara a la derecha, pasamos la Piazza dei Campitelli y seguimos por la sinuosa Vía dei Funari hasta desembocar en la Piazza Mattei, donde admiraremos la Fontana delle Tartarughe.



Ya estamos en pleno Ghetto y nos podemos perder por estas callejuelas buscando un restaurante donde degustar unas buenas alcachofas y una magnifica pasta al dente, regada con un buen vino italiano…
Nuestra estancia en esta bella ciudad una de las cunas de la civilización, llega a su fin, han sido casi dos días muy intensos que nos han permitido ver muchas cosas interesantes pero ni una décima parte de lo que nos ofrece Roma. Sin duda volveremos a recorrer sus calles cargadas de historia a ser posible algún día no demasiado lejano…






                                                                                               JuanMa Gómez Bolívar

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